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  • Foto del escritorEsmeralda Fernández Barrones

RICHARD MILLE: ENTRE LO CLÁSICO Y LO FUTURISTA



A diferencia de otras muchas marcas de relojes más tradicionales, Richard Mille es una empresa de creación bastante reciente: el 1999 se crea la empresa de Richard Mille como resultado de un deseo ferviente de crear su propia marca tras años de arduo trabajo, gestión de proyectos y desarrollo de productos complejos para grandes marcas de lujo. No fue hasta cumplir sus 50 años, cuando decidió dar el salto y ofrecer una nueva visión de la percepción del tiempo.



En 2001 cuando Richar Mille lanzó su primer modelo RM 001; no tardó de estrellarlo contra el suelo durante su lanzamiento para demostrar a sus futuros colaboradores y distribuidores que el calibre de Tourbillon era único y la marca estaba predestinada a convertirse en una leyenda con un éxito absoluto. Con este gesto tan arriesgado, consiguió entrar en un mercado exigente, pero con plausibles apoyos tras los primeros modelos cuyos precios rozaban las seis cifras.


Desde entonces, todos los modelos, campañas, colaboraciones siempre han ido dirigidas hacia un mismo propósito: mejorar el diseño, mejorar la tecnología y mejorar la calidad de los materiales de cada reloj. Su pasión por construir un reloj que desafiara cualquier medio y ambiente le ha llevado hacer modelos exclusivos para cada deporte. Dominar ambientes acuáticos, aeroespaciales y terrestres sometiendo sus relojes a diferentes velocidades y presiones, es la garantía de que Richard Mille siempre ha ido más allá en la creación de relojes.



Como buen entendedor de la Fórmula 1, del golf, del polo, de deportes navales, e incluso de la aviación, no ha podido evitar que las sinergias entre todas estas industrias, le sirviera para desafiarse una y otra vez hasta conquistar todos y cada uno de ellos. En palabras de Richar Mille: “la marca tiene un pie en el siglo XIX – puesto que permaneciendo fieles a la importante tradición relojera suiza, elaboramos movimientos extremadamente complejos montados y acabados a mano – y otro en el siglo XXI. Richard Mille introduce materiales propios de la aeronáutica y los coches de carrera como son el titanio, las nanofibras de carbono, el ALUSIC®, el aluminio-litio, el Anticorodal 100, el Phynox, el carbono TPT® o el grafeno entre otros. De este modo, Richar Mille se aseguraba que lo más importante en cualquier reloj que llevase sus iniciales era la comodidad de su portador, de ahí que Mille lograse poner en entredicho lo que tantos coleccionistas valoraban de los relojes de lujo: el peso y la nobleza de los materiales utilizados, por eso el oro era el más valorado de todos.



Nada es aleatorio en los diseños de Richard Mille: cada piñón, palanca, engranaje, espiral, debe cumplir la misión de seguridad y precisión. Un claro ejemplo es que hasta los tornillos visible en el exterior de la caja llamados Spline, son el resultado de meses de investigación e inversión: son necesarias más de 20 operaciones para fabricar tan solo uno de ellos.


Desde Barrow Lifestyle hemos escogido su colección RM 26-01 Tourbillon Panda por su originalidad y su perfecta simbiosis entre la alta relojería y la alta joyería. Sólo existen 15 ejemplares de este modelo. El oso panda que descansa sobre un bosque de bambú, entre hojas y cañas están esculpidas a mano y selladas con las mejores gemas existentes.



El control por el tiempo para una mejor calidad de vida e inversión de nuestra actividades diarias, hace que nos sintamos plenos y satisfechos de nuestra vida. Para Richard Mille un nuevo desafío es tener la certeza de llegar a tiempo para cumplir con ese deseo de estar en el tiempo y momento indicado: así sabrás que has triunfado en la vida.


Te invitamos a que visites su web:


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Sencillamente, ¡gracias!


Keep dreaming!



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